Es probable que hayas escuchado de la importancia que tiene la imagen física en la forma en la que los demás nos ven, pero también es probable que tengas esa creencia de que la imagen es superflua y que sólo importa en la medida en la que te veas bien.
La verdad es que la imagen puede ser estratégica si la piensas como una herramienta de comunicación, no como una cuestión frívola de apariencia y nada más.
Yo estudié la Licenciatura en Imagen Pública, luego hice una Maestría en Mercadotecnia y me especialicé en cuestiones de mercadotecnia digital y siempre que le cuento a la gente que lo que estudié a nivel profesional es imagen pública, me cuestionan si eso no debería ser motivo de un curso o me preguntan la duración de la carrera, a lo que respondo naturalmente: 4 años. ¡¿4 años?! ¡¿De estudiar imagen?!
Oh sí, fueron 4 años de estudiar esta disciplina en la que analizamos la forma en la que la imagen puede ser el elemento detonador de tu estrategia de comunicación. Y es que la imagen se suma a todo lo que comunicas, haciendo que sea fundamental que pienses en ella para generar una presencia que impacte a los demás.
Estoy seguro de que conoces a alguna persona que apenas la ves, te impacta. ¡Es increíble porque ni siquiera es racional el fenómeno! No es que te impacte y digas... “Ah claro, es que utiliza tal o cual vestimenta” o “Bueno, es que impacta porque usa los colores estratégicamente”. No, simplemente te impacta y no logras detectar por qué pero te gustaría generar el mismo impacto.
Pues esto, querido amigo, se logra cuando utilizas la imagen como herramienta de comunicación, como un sistema de símbolos que cuando están todos juntos logran el efecto que estés buscando. No es que todos queramos generar lo mismo, aquí dependerá enteramente del objetivo de comunicación que tengas.
Vamos a “desmenuzar” la imagen, diciendo que lo primero que debes pensar al hacer una estrategia de imagen, es considerar cuál es el impacto que buscas. ¿Qué quisieras que dijeran o pensaran las personas con las que interactúas? Si no piensas en ese objetivo, tu imagen será una casualidad y no una causalidad de los que estás buscando generar.
Podrías tener en mente proyectar autoridad, liderazgo, amabilidad, fuerza, edad, experiencia, empatía, jovialidad, interés, etc.
De acuerdo a ese objetivo, tendrás que alinear todo lo que comunicas con tu imagen. Por ejemplo: Si lo que buscas es proyectar autoridad y liderazgo, te sugiero que optes por colores oscuros, telas delgadas, poco contraste entre prendas y que tengas control en el aliño personal y los accesorios.
Si, por otro lado, buscaras generar cercanía, te sugiero que mejor utilices colores claros, telas más gruesas, contraste entre prendas, estampados y hasta flexibilidad en el aliño personal y los accesorios que utilices.
En estos dos ejemplos te estoy hablando de cómo con la semiótica del vestuario (que implica todos los símbolos que rodean tu vestimenta) te puede ayudar a proyectar un mensaje contundente ante tu jefe, tus compañeros, tus potenciales clientes o hasta tu posible pareja. Sí, todo eso lo puedes lograr con la imagen.
¿Si ya elegí el mensaje, cómo logro proyectarlo? Hay 5 elementos que debes tomar en cuenta al proyectar tu mensaje y lograr construir una presencia de impacto:
Ahora sabes que la imagen, fuera de ser banal y superficial, es un sistema avanzado de comunicación que, cuando se hace bien, te puede ayudar a lograr tus objetivos y conseguir esa presencia que tanto anhelas.
¿Estás listo?
¡A impactar!
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